TINTA ROJA

dos hermanos a impulsos de la sangre

jueves, 1 de noviembre de 2007

Rara Noticia en Clarín

SIGUE LA CAMPAÑA POR LA DEMOCRACIA ESTÉTICA

¡Feo en la calle Florida!
Gonzalo Otalora, el autor del libro "¡Feo!", se armó de un megáfono y tres secuaces, y salió a juntar firmas en la tradicional calle peatonal porteña. Su objetivo: lograr apoyo y exigir una ley para los feos.
Megáfono, planilla de firmas y propuestas: así se preparó Otalora.','CONVINCENTE. La gente se interesó en la propuesta.','HISTORIA. Un hombre recuerda la vez que lo dejaron plantado en una cita a ciegas, por feo.','RECLAMOS. La gente pidió igualdad entre lindos y feos.','COLEGAS. "¿Feo vos? ¿Feo yo?".','LUSTRABOTAS. Hasta los más tradicionales personajes de la calle Florida se acercaron a compartir sus opiniones con Otalora.','FEOS. Otalora logró que la gente se identificara con su reclamo.')-

Florida y Lavalle. Martes, 16.30 hs. Un día como cualquiera en la tradicional peatonal de Buenos Aires. Hasta que Gonzalo Otalora, el polémico autor del libro "¡Feo!" ( toma por asalto una esquina y con su megáfono empieza a vociferear a los cuatro vientos sus propuestas. Su objetivo: conseguir firmas para llevar al Congreso y forzar el debate de una ley a favor de los feos, con subsidio e impuesto a la belleza. Así, su teoría del feosexual cobra cada vez más fuerza. Acompañado por tres ayudantes que recolectaban firmas y repartían panfletos, Otalora abogó por el cupo de feos en las empresas, la representación de los feos en los desfiles de moda, un plan para erradicar la violencia física y verbal contra los no-bellos en los colegios, la regulación del uso de PhotoShop y retoque fotográfico en publicidad y prensa, la inclusión de actores poco atractivos en las novelas de amor y la existencia de maniquíes no esbeltos en las vidrieras. La gente, sorprendida, se sumó. Una señora contó que la cargaban de joven. Un pibe dijo que él era el autor de las bromas pesadas y se arrepentía. Un señor recordó el desplante que tuvo que soportar en una cita a ciegas, cuando la contraparte nunca se presentó. Así, fue casi una hora de caminata al mejor estilo de las campañas políticas que acaban de terminar. Y esto, promete Otalora, recién empieza.

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